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COMENTARIO DE TEXTO II: LA CASA DE BERNARDA ALBA

Actualizado: 29 mar 2020


Debemos recordar de nuevo lo dicho con anterioridad, todos aquellos comentarios que tengan que ver con la misma obra se pueden reutilizar siempre y cuando cambiemos la parte específica de cada fragmento.

En cuanto a la opinión personal, debemos hacer hincapié de nuevo en que es única porque pertenece a cada persona. Les recordamos de nuevo el consejo que les dimos: preguntarse ¿Se trata de un tema de actualidad? siempre ayuda a la redacción de este apartado.

Texto 2:

Criada. (Entrando.) ¡En lo alto de la calle hay un gran gentío, y todos los vecinos están en sus puertas!

Bernarda. (A Poncia.) ¡Corre a enterarte de lo que pasa! (Las Mujeres corren para salir.) ¿Dónde vais? Siempre os supe mujeres ventaneras y rompedoras de su luto. ¡Vosotras, al patio!

(Salen y sale Bernarda. Se oyen rumores lejanos. Entran Martirio y Adela, que se quedan escuchando y sin atreverse a dar un paso más de la puerta de salida.)

Martirio. Agradece a la casualidad que no desaté mi lengua.

Adela. También hubiera hablado yo.

Martirio. ¿Y qué ibas a decir? ¡Querer no es hacer!

Adela. Hace la que puede y la que se adelanta. Tú querías, pero no has podido.

Martirio. No seguirás mucho tiempo.

Adela. ¡Lo tendré todo!

Martirio. Yo romperé tus abrazos.

Adela. (Suplicante.) ¡Martirio, déjame!

Martirio. ¡De ninguna!

Adela. ¡Él me quiere para su casa!

Martirio. ¡He visto cómo te abrazaba!

Adela. Yo no quería. He ido como arrastrada por una maroma.

Martirio. ¡Primero muerta!

(Se asoman Magdalena y Angustias. Se siente crecer el tumulto.)

Poncia. (Entrando con Bernarda.) ¡Bernarda!

Bernarda. ¿Qué ocurre?

Poncia. La hija de la Librada, la soltera, tuvo un hijo no se sabe con quién.

Adela. ¿Un hijo?

Poncia. Y para ocultar su vergüenza lo mató y lo metió debajo de unas piedras, pero unos perros, con más corazón que muchas criaturas, lo sacaron y como llevados por la mano de Dios lo han puesto en el tranco de su puerta. Ahora la quieren matar. La traen arrastrando por la calle abajo, y por las trochas y los terrenos del olivar vienen los hombres corriendo, dando unas voces que estremecen los campos.

Bernarda. Sí, que vengan todos con varas de olivo y mangos de azadones, que vengan todos para matarla.

Adela. ¡No, no, para matarla no!

Martirio. Sí, y vamos a salir también nosotras.

Bernarda. Y que pague la que pisotea su decencia.

(Fuera su oye un grito de mujer y un gran rumor.)

Adela. ¡Que la dejen escapar! ¡No salgáis vosotras!

Martirio. (Mirando a Adela.) ¡Que pague lo que debe!

Bernarda. (Bajo el arco.) ¡Acabar con ella antes que lleguen los guardias! ¡Carbón ardiendo en el sitio de su pecado!

Adela. (Cogiéndose el vientre.) ¡No! ¡No!

Bernarda. ¡Matadla! ¡Matadla!”

Federico García LorcaLa casa de Bernarda Alba


El texto que se nos propone pertenece a la obra teatral de La casa de Bernarda Alba (1936), supone la obra cumbre de Federico García Lorca, autor que vive desde sus inicios el estallido de la Guerra Civil Española en la que se enfrentaron el bando republicano contra el bando nacional y que finalizó en el año 1939 con el ascenso al poder del dictador Franco. España se encontraba viviendo una situación política, económica y social desfavorable y esto se verá reflejado en las obras de los autores del momento.


Aunque la situación social no era la más favorable, si lo fue en el ámbito literario pues la creación del movimiento vanguardista y la llamada Generación del 27, a la que pertenecía el autor ya mencionado, supuso un antes y un después en la literatura española. Si bien no buscaban, como movimientos anteriores, establecer un pensamiento revolucionario en el ámbito político ni social, sí que tenían características propias. Bebían del surrealismo, el simbolismo y el futurismo europeo; el estallido de la Guerra Civil Española acentuó la visión humanizada en la poesía, en el que se trataron temas tabúes como la homosexualidad. En el ámbito teatral, no tuvo tanto incremento como la poesía, pues se priorizaba entre los empresarios el beneficio económico en taquilla, fueron pocos los autores que lograron representar gracias a la novedad en sus obras como fue el caso de Lorca o el esperpento de Valle Inclán.


Federico García Lorca (1898-1936) nace en Fuente Vaqueros (Granada) en 1898. Aunque su primera vocación siempre fue la música destacó por la literatura desde joven. Entre 1919 y 1928 se traslada a Madrid para continuar sus estudios en la Residencia de estudiantes donde traba amistad con Salvador Dalí, Luis Buñuel y Rafael Alberti entre otros. Es en este periodo de su vida cuando publica su Libro de poemas, estrena El maleficio de una mariposa y escribe otras piezas teatrales. En 1921 escribe El poema del Cante Jondo, que no se publicaría hasta diez años más tarde y en 1925 viaja a Cadaqués para pasar la Semana Santa en casa de su amigo Dalí, lo que producirá un cambio importante en ambos artistas. De esta amistad Federico escribe la Oda a Dalí en 1926. Durante 1927 escribe Romancero gitano, que fue criticado por sus amigos Dalí y Buñuel y en 1929 viaja a Nueva York donde escribe Poeta en Nueva York donde plasma las impresiones del autor acerca de la ciudad, pero no se publicará hasta cuatro años después de su muerte. Viaja a Cuba en 1930 donde descubre la música y la cultura cubana y trabaja en proyectos como El público y Así pasen cinco años, pero en verano de 1930 se traslada de nuevo a Madrid. Funda la compañía de La Barraca junto a Eduardo Ugarte en 1931, pero el estallido de la Guerra Civil española en 1936 impide que la compañía siga funcionando. Estrena Bodas de sangre en 1933 en Buenos Aires donde consigue un éxito rotundo, a raíz de este suceso comienza a representar otras obras teatrales. Cuando regresa a España en 1934 sigue escribiendo y termina obras como La casa de Bernarda Alba, Doña Rosita la soltera y Yerma entre otras. Finalmente muere fusilado el 18 de agosto de 1936 como víctima de la Guerra Civil debido a su posición antifascista y su condición homosexual.


La temática que caracteriza las obras teatrales lorquianas comienzan con la lucha por la libertad de los personajes contra el orden social, la autoridad, etc. Se ve claramente en La casa de Bernarda Alba mediante el personaje de sus hijas, sobre todo Adela, quien se rebela contra la autoridad de su madre Bernarda que lucha por mantener la castidad de sus hijas por encima de todo. Este fragmento pertenece al acto segundo y supone la rebelión de Adela ante Martirio que ha descubierto la relación que existe entre ella y Pepe el Romano.


La obra comienza tras la muerte del segundo marido de Bernarda, la cual, mediante la imposición, obliga a sus hijas a vestir de luto y vivir encerradas durante ocho años. Angustias, la hija mayor, atrae a Pepe el Romano como pretendiente debido a la herencia que trae de su padre, primer marido de Bernarda. Tras la aceptación de Bernarda, Pepe el Romano comienza a organizar la boda entre ellos, pero acaba enamorándose de Adela, que no duda en convertirse en su amante. No es la única de las hermanas que sucumbirá a sus encantos, es por ello por lo que Martirio acabará delatando a Adela creando el momento cumbre de la obra. Bernarda enfadada por la deshonra cometida hacia su hija disparará sin éxito a Pepe el Romano haciendo creer a su hija Adela que este ha muerto. La consecuencia vendrá después, Adela se suicida y la frialdad de su madre prevalece, el qué dirán provoca en Bernarda que afirme que su hija ha muerto virgen y exige a sus hijas silencio ante lo que ha ocurrido en la casa.

El tema principal del fragmento es la lucha verbal entre Adela y Martirio por el amor de Pepe, así como la revelación del posible embarazo de Adela. La autoridad de Bernarda viene dada por la condición social de la época en donde las apariencias, la honra y la tradición prevalecen sobre los deseos e inquietudes de las mujeres de la obra. Asimismo, durante toda la obra encontramos otros temas, como el amor entre Adela y Pepe el Romano, las diferencias entre las clases sociales o la situación social y la presión que viven las mujeres de la época, aspecto que se puede observar en el fragmento analizado, ya que las mujeres y hombres del pueblo persiguen a una muchacha para darle muerte tras haber encontrado el hijo muerto que había tenido fuera del matrimonio.


En cuanto a la estructura externa de La casa de Bernarda Alba se compone de tres actos. El primero comienza con el funeral del segundo marido de Bernarda y la presentación de los personajes de la obra, así como el compromiso entre Angustias y Pepe el Romano. La segunda parte pone de manifiesto los movimientos de Adela que tendrán su culmen en el tercer acto donde Martirio desvelará la verdad de su hermana y se desarrollará así el final de la obra: la muerte de Adela y la exigencia de silencio por parte de Bernarda.


Si nos centramos en la estructura externa del fragmento a analizar nos damos cuenta de que lo abre la Criada con su intervención tras llegar de la calle y anunciar que un gran gentío se reúne fuera. Bernarda ordena a la Criada enterarse de lo que ocurre fuera y a esto le siguen una serie de acontecimientos: la lucha verbal entre las hermanas al enterarse Martirio de los devaneos de su hermana pequeña con el prometido de Angustias, la revelación del chisme de una de las vecinas del pueblo y la violencia verbal ejecutada por Bernarda hacia la pérdida de su honra, así como la defensa de Adela por la posición que ella sabe que comparten. Finalizando con la revelación de que Adela, posiblemente, se encuentre en estado «(Cogiéndose el vientre.) ¡No! ¡No!». Se trata de un fragmento lleno de intensidad que pone de manifiesto el pensamiento social y machista de la época en la que la mujer deshonrada es castigada hasta la muerte. Nos vaticina el final trágico de Adela.


La estructura interna de la obra es lineal, carece de saltos en el tiempo. Comienza con la muerte del marido de Bernarda y el siguiente compromiso de Angustias y los sentimientos que albergan las hermanas con respecto al prometido de su hermana mayor. Se descubre poco a poco la relación de Adela y Pepe el Romano y finaliza con la muerte de Adela tras el descubrimiento de los amantes.


En cambio, el fragmento comienza in media res con el descubrimiento de los amantes por parte de Martirio, siguiendo con la posterior discusión y la defensa de Adela y finaliza con la revelación del estado de Adela.


Las mujeres son las principales protagonistas de las obras de Lorca, en este caso encabezan la obra solo personajes femeninos entre los que se establecen aquellos autoritarios y las hijas que ansían una libertad que su madre no les proporciona, pero todas tienen algo en común, intentan sobrevivir en un mundo gobernado por y para hombres en el que las actitudes machistas y la sociedad patriarcal prevalece sobre los deseos de la mujer.


Adela es la menor de las hermanas, es una joven de 20 años, guapa y con un espíritu rebelde que la lleva a intentar decidir por sí misma, aunque la sociedad se oponga a ello. Está enamorada del prometido de su hermana Angustias y acepta ser la amante de Pepe el Romano sin importar las consecuencias. Se rebela desde el primer momento en el que decide ponerse su traje verde aun estando de luto por la imposición de su madre. En ella caerán todas las consecuencias del destino trágico que tiene como causa la intolerancia materna.


Martirio es la cuarta de las hermanas, al igual que Adela está enamorada de Pepe. Los celos que le produce la relación entre Adela y su enamorado, la llevan a confesar sus sentimientos y a destapar el romance existente entre su hermana y el prometido de Angustias a su madre.


Bernarda es una mujer autoritaria que se caracteriza por el matriarcado que establece en su casa. La moral exigida hacia las mujeres en la sociedad machista prevalece sobre el deseo y los sentimientos de sus hijas, tras enterarse de la ruptura de esa moral impuesta por su hija Adela reacciona de manera violenta al cargar la escopeta e intentar acabar con Pepe el Romano. Su actitud fría ante la muerte de su hija supone una fuerte característica de lo que supone su personaje.


Angustias supone también un personaje importante para la obra. Es resultado de la unión entre Bernarda y su primer marido, la primera de las hijas y la menos agraciada se promete a Pepe el Romano quien la quiere solo por su dinero. Pese a no aparecer en la obra y no intervenir se encuentra siempre presente generando el conflicto entre las hermanas. La Poncia y la criada obtienen papeles secundarios en la obra y no demasiado importantes, aunque la criada es la única que intenta hablar con Bernarda de lo que está ocurriendo en su casa.


La acción del fragmento se establece entre la lucha verbal entre Martirio y Adela que llega en el punto álgido cuando se revela la situación de una de las muchachas del pueblo «Martirio: (Mirando a Adela.) ¡Qué pague lo que debe!». La lucha verbal violenta también se establece en el personaje de Bernarda, quién llevada por su moral estricta desea la muerte de la deshonrada mujer que se encuentra huyendo calle abajo «Sí, que vengan todos con varas de olivo y mangos de azadones, que vengan todos para matarla.».


El tiempo de la obra comienza un día por la mañana cuando en el primer acto ocurre el duelo del marido de Bernarda. En el segundo acto, la acción se desarrolla desde el inicio de la tarde y en el acto tercero finaliza con el fin del día y, por tanto, de los problemas.


En cuanto al espacio en el que se desarrolla la obra se establece la dualidad entre el espacio interior donde se encuentran toda la familia y el espacio exterior donde se encuentran los hombres y, por lo tanto, la libertad (¿Dónde vais? Siempre os supe mujeres ventaneras y rompedoras de su luto. ¡Vosotras, al patio!). El espacio interior es definido con muchos adjetivos, entre ellos infierno, convento, cárcel… Es por ello por lo que las escenas entre Adela y Pepe suceden siempre en espacios exteriores.


En cuanto al lenguaje utilizado por Lorca observamos como la carencia de cultismos genera que se dote al texto de una sencillez lingüística. El simbolismo tan característico de la obra de Lorca no pasa desapercibido en el fragmento «terrenos del olivar» o «varas de olivo» se utilizan durante toda la obra para designar al hombre dominante frente a la mujer sumisa, es decir, es, según el pensar de la época, el hombre el que tiene la potestad para castigar mientras que la mujer es la castigada. Como vemos en la obra la palabra «pecado» tiene una connotación sexual importante, pues para las protagonistas no existe otro tipo de pecado que no sea la deshonra de la mujer. La hipérbole «Sí, y vamos a salir también nosotras.» en la frase de Martirio que realza el nosotras colocado al final para incluir a Adela en la acción que quiere desempeñar. Las metáforas casi siempre en boca de Bernarda son de importante mención: «¡Carbón ardiendo en el sitio de su pecado!». Las acotaciones son importantes en toda la obra de Lorca, en el fragmento a analizar no es menos, somos capaces de saber lo que ocurre en todo momento, se trata de nuestro hilo conductor con el exterior «(Se asoman Magdalena y Angustias. Se siente crecer el tumulto.)», asimismo nos rebela ciertos aspectos importantes de Adela «Cogiéndose el vientre.». El uso de las imperativas por boca de Bernarda solo le aporta más autoridad al personaje «¡Vosotras, al patio!» y por tanto, más rapidez al texto.

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